De los escritores prolíficos
Aunque una obra literaria extensa no implica necesariamente una obra de gran calidad, en cierta época me sentí atraído por el tema de los escritores prolíficos. Escribí entonces un artículo en el que analizaba muy sucintamente algunos casos paradigmáticos. Ese texto ─fechado en julio de 2004 y nunca publicado─ es el que, con unas pocas modificaciones, presento a continuación.
La sorprendente extensión de la obra literaria de algunos autores se ha debido a su natural facilidad para la creación, pero también a factores como la necesidad de dinero. La dedicación exclusiva o casi exclusiva a la literatura es otro factor que ha influido en esta situación. En algunos casos, esa extensión ha sido favorecida por una vida prolongada; en otros, se ha dado a pesar de una existencia breve.
Literatura y aventura
El escritor español Lope de Vega (1562-1635) cultivó con éxito todos los géneros conocidos en su época y fue uno de los autores más prolíficos de la historia. Al mismo tiempo, participó en expediciones militares y en polémicas literarias, y su vida estuvo llena de aventuras amorosas. Llamado por Cervantes "monstruo de la naturaleza", escribió unas 1.500 poesías líricas, además de otras composiciones de diversa índole; unas 850 piezas dramáticas, de las que se conservan 400, y algunas novelas.
Defoe, uno de los autores más prolíficos de la historia |
Sir Walter Scott (1771-1832), iniciador de la novela histórica, había publicado ya varias decenas de novelas cuando decidió dedicarse al negocio de la edición. Quebró en 1826 y forzó al máximo su producción para pagar la deuda, pero ese esfuerzo le hizo perder la salud primero y más tarde la vida. También las deudas contribuyeron a la prodigiosa fecundidad del novelista francés Honoré de Balzac (1799-1850), quien escribió unas 90 novelas y alrededor de 30 cuentos, entre otras obras. Balzac llegó a trabajar más de quince horas diarias, consumiendo enormes cantidades de café.
Francia y otros países
Maupassant: una obra extensa pese a una vida breve |
Francia, por otra parte, contó con varios escritores fecundos durante el siglo XIX. Algunos de ellos fueron Alexandre Dumas (1802-1870), que además de una gran cantidad de obras dramáticas escribió unas 150 novelas; George Sand ─seudónimo de Aurore Dupin, 1804-1876─, cuya obra sobrepasa los 200 títulos, de los cuales 143 son novelas; y Guy de Maupassant (1850-1893), que escribió sus 6 novelas y sus más de 300 relatos ─entre cuentos y novelas cortas─, además de crónicas, obras teatrales, libros de viajes y poesías, en un período de poco más de diez años.
A la lista de escritores de obra extensa podrían agregarse, entre otros, Benito Pérez Galdós (1843-1920), representante del realismo español, quien dejó 86 volúmenes narrativos, 22 obras teatrales y otras 14 sobre diversos temas; el italiano Emilio Salgari (1863-1911), autor de 86 novelas y 130 relatos; o el creador del inspector Maigret, el belga Georges Simenon (1903-1989), cuya obra consta de unos 250 títulos.
América
Isaac Asimov, autor de más de 400 libros |
Entre los autores más fecundos de la literatura argentina se encuentran Domingo F. Sarmiento (1811-1888) y Arturo Capdevila (1889-1967). El primero escribió en unos pocos meses su obra más importante, Facundo, como propaganda contra el gobierno de Rosas; sus Obras completas comprenden 53 volúmenes. El cordobés Arturo Capdevila, por su parte, cultivó todos los géneros literarios y escribió además libros de historia, derecho y medicina, siendo autor de unos 150 títulos.
Excelente artículo. A partir de este, se me ocurre que se podría escribir bastante sobre los "ghost writers" que ayudaron a los escritores célebres prolíficos: Dumas y Asimov entre ellos. Un saludo y felicitaciones.
ResponderBorrarEs cierto. Tenía conocimiento del más famoso colaborador de Dumas padre, Auguste Maquet (aunque creo que no cuando escribí el artículo originalmente, en 2004), pero no de algún colaborador de Asimov. Gracias por el aporte.
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