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Mostrando las entradas de noviembre, 2016

Variaciones sobre «La desaparición»

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Aunque no soy muy afecto a los certámenes literarios, hace poco decidí participar de un concurso de microrrelatos, pese a ser un género que he practicado poco. Una vez expedido el jurado, tuve la satisfacción de comprobar que uno de mis dos textos había merecido el tercer premio ─compartido, ya que otro autor había recibido también ese premio─ en la categoría adultos. El microrrelato en cuestión lleva por título «La desaparición», y dice así: La desaparición Por enésima vez, el anciano lector tomó de su biblioteca ese libro que tanto quería. Esta vez, sin embargo, no pudo leer ni una sola línea. Lo había tenido entre sus manos tantas veces, y tantas veces sus ojos se habían posado sobre aquellas páginas, que las palabras habían terminado por desaparecer. Después de enviar el texto para el concurso, pensé que tal vez el breve relato hubiera estado mejor si lo hubiese narrado en primera persona. Aunque ya era tarde, imaginé cómo hubiera resultado de esa forma. Era más o m

Nadar: fotógrafo, aeronauta y un precursor

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Autorretrato de Nadar Creativos, inquietos, a veces solitarios y por lo general poco comprendidos, los precursores abren nuevos caminos y, con el paso del tiempo, terminan convirtiéndose en personajes de gran atractivo. Los hay en la literatura, en la ciencia y en las más diversas disciplinas. Figuras como Leonardo da Vinci, Galileo Galilei o Miguel de Cervantes, por citar sólo algunos nombres muy conocidos, son casi un sinónimo de la palabra precursor. La definición de ese término según el Diccionario de la RAE ─«Que precede a otra persona o cosa, generalmente anunciándola o haciéndola posible»─ parece aplicarse también a un personaje tal vez no tan famoso como los mencionados pero sí sumamente atractivo: el caricaturista, fotógrafo, escritor y aeronauta Gaspard-Félix Tournachon, más conocido como Nadar. Retrato de Sarah Bernhardt Félix Tournachon nació en París, el 6 de abril de 1820. Estudió en el Liceo Condorcet y empezó a trabajar como caricaturista con Honoré D

Siete escritores de muerte prematura

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Que un escritor muera siendo todavía joven no tiene nada de particular. Lo asombroso es que algunos de los autores que fallecieron de forma más o menos precoz, lograron al mismo tiempo dejar una obra literaria de notable calidad. En algunos casos, además, legaron a la posteridad una obra extensa. Aunque existen muchos casos más, en esta nota comparto algunos datos sobre siete escritores muy conocidos que no sobrepasaron los 45 años de edad, así como sobre sus principales aportes a la literatura. Edgar Allan Poe (estadounidense; 40 años) El célebre escritor estadounidense nació en Boston en 1809. Los problemas con la bebida fueron una constante en su vida y se acentuaron a partir de 1847 con la muerte de su esposa ─y prima─ Virginia Clemm. Publicó ensayos como Eureka (1848), colecciones de poemas como El cuervo y otros poemas (1845) y una novela, La narración de Arthur Gordon Pym (1838). Lo más notable de su obra, sin embargo, son sus cuentos de misterio, de terror y