Bibliotecas imaginarias (segunda parte)
Continúo en esta entrada con la selección de bibliotecas tomadas de la literatura, bibliotecas más o menos imaginarias. Los siguientes fragmentos ─ilustrados algunos de ellos con bibliotecas verdaderas─ corresponden a escritores más cercanos a la época actual. Los libros que desaparecían en el espacio Había muchos libros en la casa; siempre fue un enigma para mí cómo llegamos a tener tantos. Estaba habituado a su aspecto en los estantes —estuvieron allí antes de que yo abriese los ojos—, su forma, tamaño, color y hasta sus títulos; eso era cuanto sabía acerca de ellos. Una Historia Natural general y dos obritas de James Rennie sobre las facultades y costumbres de los pájaros, fue toda la literatura adecuada a mis necesidades de la colección entera de trescientos o cuatrocientos volúmenes. Por lo demás, había leído unos cuantos libros de cuentos y novelas; pero novelas no teníamos: cuando llegaba alguna a casa se la leía y prestaba a nuestro vecino, a una distancia de